Fue una mujer la que me llevó a la fe en Jesucristo. Tenía los diez años y me encontraba en una pequeña sala de estar repleta de personas en Irlanda del Norte, el lugar de reunión para el club de la Biblia de una iglesia recién fundada y en crecimiento. Fuera o no una predicadora formal, la mujer que nos dirigía estaba enseñando las Escrituras. Y al final de la sesión, invitó a cuantos estuvieran interesados para comenzaran una relación personal con Jesucristo.
Así comenzó mi aventura en la fe. Hoy en día, estoy muy agradecido de que esa mujer me predicara el Evangelio.
De igual manera, los Hermanos en Cristo de EE.UU. estamos en deuda con las mujeres que usan sus dones por medio del liderazgo ministerial, y las celebramos. En 2016, más de ciento treinta mujeres fueron líderes en la BIC como pastoras, capellanas y personal ministerial, tanto en posiciones pagadas como en posiciones voluntarias, en todos los Estados Unidos. Y en estos momentos se ha ordenado a diecinueve mujeres y hay treinta y una con licencia.i Me encanta que estemos publicando la Declaración sobre las Mujeres en el Liderazgo Ministerial, en la cual documentamos nuestra posición sobre este tema, y haciéndola accesible en línea.
Aunque me agrada que publiquemos esta declaración de la Iglesia, durante más de treinta años hemos celebrado en público el liderazgo de las mujeres en todos los niveles de la vida de la Iglesia. En 1982, la Conferencia General sostuvo formalmente el liderazgo ministerial de las mujeres. Diez años más tarde, en la Conferencia General de 1992, reafirmamos corporativamente nuestra decisión de apoyar el que haya mujeres en el liderazgo de la Iglesia.
Además, antes de todo lo anterior, ha habido mujeres que han ocupado posiciones de liderazgo en la BIC, tanto formal como informalmente. Por ejemplo, a fines del siglo diecinueve y comienzos del veinte, las mujeres fueron fundamentales en las misiones, tanto nacionales como en el extranjero: En la década de 1890, Rhoda Lee movilizo las misiones mundiales de la BIC.ii Sarah Bert fundó la primera misión urbana de la BIC en 1894 (convirtiéndose más tarde en su superintendente).iii En 1906, Hannah Frances Davidson estableció la Misión de Macha, en Zambia, donde nacerían más tarde un hospital y un centro de investigación sobre la malaria que tienen fama mundial.iv
Al mismo tiempo que celebramos el liderazgo ministerial de las mujeres, reconocemos que hay una minoría a la que le cuesta aceptar que las mujeres ocupen puestos de liderazgo en la Iglesia. (Solo se necesita una mayoría de las dos terceras partes para aprobar por votación una decisión de la Conferencia General; de este modo, es frecuente que exista una minoría que votara contra la decisión.)
En este caso, el punto de vista minoritario ha ido disminuyendo con el pasar del tiempo. En 2006, solo algo más del cincuenta por ciento de la denominación apoyaba la ordenación de mujeres.v Ya en 2014, el 84,5 por ciento de los miembros de la BIC que respondieron a una encuesta dijeron que creían que las mujeres y los hombres tenían unas posiciones ministeriales iguales en sus congregaciones.vi
En la encuesta realizada en 2014, los miembros de la BIC también señalaron cuáles eran las responsabilidades que aceptaban que tuvieran las mujeres que eran líderes en sus congregaciones locales. Después de analizar las respuestas, Ronald Burwell presentó la siguiente distribución por porcentajes:
- Predicar sermones (79,6 por ciento)
- Planificar y dirigir la adoración (93,3 por ciento)
- Dar consejería y atención pastoral (88,4 por ciento)
- Dar clases de adultos (96,3 por ciento)
- Dar clases de niños (98,9 por ciento)vii
Solo el 0,3 por ciento dijo pensar que se debería excluir a las mujeres de todas estas actividades.
No obstante, la minoría se sigue enfrentando a la realidad de vivir en una comunidad con puntos de vista divergentes de los suyos. Una cosa es no estar de acuerdo en un tema que se podría considerar solamente teológico, con pocas consecuencias prácticas, si es que tiene alguna. (Como si existiera una cuestión teológica sin consecuencias prácticas). Pero otra cosa es que puntos como el apoyo a la pacificación (en un mundo de odios y guerras) y la presencia de mujeres en el liderazgo de la Iglesia, que tienen ramificaciones prácticas en la vida de las congregaciones. Como familia, nuestro reto consiste en reunirnos a pesar de nuestras diferencias en estos temas.
Porque me encanta nuestra historia, quiero terminar con las palabras del Concilio General para celebrar la presencia de mujeres en el liderazgo ministerial:
Dios ha dotado tanto a hombres como a mujeres para que sirvan en la iglesia por medio del derramamiento del Espíritu Santo; y…
la Iglesia cristiana ha sido edificada por medio del fiel servicio, tanto de mujeres como de hombres, en muchas esferas de ese servicio: misiones, educación, medicina, idiomas, etc., y…
la Iglesia de los Hermanos en Cristo ha prosperado específicamente por medio del servicio y el liderazgo de las hermanas, tanto en el pasado como en el presente…
Por tanto, nosotros RECOMENDAMOS… que la Conferencia General confirme el ministerio de las mujeres en la vida y los programas de la Iglesia…
ACCIÓN: Recomendación adoptada tal como ha sido enmendada.viii
i “History”, Awaken, consultado el 31 de julio de 2017.
ii “Facts About Women in Ministry and Leadership in the Brethren in Christ Church”, Shalom: A Journal for the Practice of Reconciliation 27 (2007): pp. 10‑11.
iii “Facts About Women in Ministry”, pp. 10‑11.
iv E. Morris Sider, Nine Portraits: Brethren in Christ Biographical Sketches (Nappanee, Ind.: Evangel Press, 1978), pp. 159-212.
v “Facts About Women in Ministry”, p. 11.
vi Ronald Burwell, “Results of 2014 Global Anabaptist Profile: Brethren in Christ Church in the U.S.”, Brethren in Christ History and Life 38 (2015): pp. 335-376, consultado el 10 de agosto de 2017.
vii Burwell, “Results”, pp. 335-376.
viii Minutes for the General Conference, Brethren in Christ Church (Nappanee, Ind.: Evangel Press, 1982), p. 85.