A través de todo Los Estados Unidos, hemos comenzado a ver la relajación de las órdenes de “quedarse en casa” y restricciones para las reuniones grupales. Esta es una noticia alentadora para todos. Sin embargo, la difusión / impacto desigual del COVID-19 en el país, junto con la variedad de órdenes y restricciones impuestas a nivel estatal y local, ha generado algunas preguntas difíciles. Muchos pastores y congregaciones se preguntan, “¿cuándo podremos (o debemos) comenzar a tener servicios de adoración y otras reuniones grupales?” y, “¿qué debemos tomar en cuenta?, o ¿qué precauciones debemos considerar al tomar nuestras decisiones?”

El Consejo de Liderazgo de los HEC EE.UU. ha tratado estos temas desafiantes para poder ofrecer asesoramiento y orientación a nuestros pastores y congregaciones. También hemos reunido recursos producidos y distribuidos por otras organizaciones y nuestro plan es hacer que algunos de ellos estén disponibles muy pronto para todos.

Mientras tanto, reconocemos plenamente las diferencias que existen en el país. Nuestras congregaciones son de varios tamaños y se reúnen en una variedad de ambientes y contextos ministeriales. El Consejo de Liderazgo ofrece las siguientes sugerencias mientras usted piensa en reanudar las reuniones en su propio contexto ministerial.

  1. Reabrir con gracia. Comunique con claridad a su congregación que la fe en Dios de una persona y su lealtad a su congregación no serán juzgadas por su presencia o ausencia en la reapertura de sus servicios de adoración. Cada individuo y familia tiene una serie de factores importantes para considerar en lo que corresponde personalmente. Haríamos bien en recordarles a todos que amen a sus vecinos como a sí mismos, y que ofrezcamos la mayor gracia posible a medida que las personas y las familias decidan cuándo regresar al servicio público.
  2. Escuchar a las autoridades locales. Cada una de nuestras congregaciones difiere en tamaño y opera en diversos contextos ministeriales. Todos somos conscientes de que las órdenes de quedarse en casa y los plazos de aflojamiento de esas órdenes varían de estado a estado, y en algunos casos, de condado a condado. Con esto en mente, aconsejamos a los pastores y líderes de los ministerios que estén al tanto de las pautas actuales establecidas por su gobierno y los funcionarios de salud locales. La sumisión a estas autoridades gubernamentales (Romanos 13:1,5) agrada a Dios, promueve el orden social y es un testimonio positivo para quienes nos rodean.
  3. Crear un plan viable. Cada pastor y congregación necesitará crear un plan con el aporte de su equipo de liderazgo para determinar cómo ministrarán a su congregación. ¿Sus asientos permiten el distanciamiento social? ¿Cuántas personas pueden reunirse a la vez? ¿Debería una congregación pasar a múltiples servicios para acomodar a sus asistentes? ¿Debería continuar la presencia en línea de una congregación y las reuniones de grupos pequeños? Los pastores y el liderazgo se verán obligados a considerar no solo lo que pueden hacer, sino lo que pueden hacer bien. Cada congregación debe considerar sus prioridades y sus limitaciones en el ministerio, y establecerlas para cumplirlas lo mejor que puedan.
  4. Crear un ambiente seguro. Muchos de nuestros asistentes continuarán preocupados por la salud y seguridad personal a medida que vuelven a participar en los servicios públicos de adoración. La mayoría, si no todas, las jurisdicciones gubernamentales tendrán pautas y regulaciones que serán necesarias para las reuniones públicas de un cierto número de personas. Asegure el espacio recomendado entre las personas. Anime a las personas enfermas a quedarse en casa y mirar en línea. Multiplique sus estaciones de desinfección de manos. Fomente las expresiones de sonrisas amplias como reemplazo a corto plazo de los apretones de manos y abrazos. Haga todo lo posible para asegurarse de que todos los asistentes se sientan bienvenidos, pero también que se sientan seguros.
  5. Eliminar la comida y la bebida. Para una congregación reunirse para adorar sin café, refrigerios y comidas de compañerismo parece la antítesis de nuestro sentido en los HEC de comunidad y amor por la comida. Sin embargo, dado que las áreas de comida y bebida con mayor frecuencia son de autoservicio, parece mejor esperar por ahora la proporción de estas oportunidades en nuestras reuniones. En cambio, considere alentar a las personas a traer sus propios refrigerios, y considerar comer juntos en grupos más pequeños en los hogares después del servicio.
  6. Ofrecer pautas consistentes para bodas, funerales y otras reuniones. Cuando las asambleas como funerales y bodas vuelvan a comenzar en sus instalaciones, deje en claro que las mismas reglas para el distanciamiento social, la comida, etc., se aplican a todos y para cada reunión.
  7. Comunicar nuevos protocolos a los líderes y voluntarios del ministerio. Las congregaciones deben proporcionar capacitación a los líderes, maestros y voluntarios sobre los nuevos protocolos y procedimientos posteriores al COVID-19. Los ujieres deberán recibir capacitación sobre cómo saludar desde una distancia apropiada. Muchas congregaciones pondrán la guardería y el ministerio de niños en espera. Los pastores y las juntas deberán decidir juntos todas estas nuevas formas de “hacer iglesia” y luego comunicarlas de manera cuidadosa, consistente y compasiva a los voluntarios.
  8. Evaluar la efectividad de los ministerios en línea. La mayoría de las congregaciones han comenzado servicios en línea, reuniones y grupos pequeños con gran éxito y, a veces, una audiencia ampliada. Se debe considerar si estas nuevas formas de reunir y proclamar el Evangelio deben continuar, y en qué formas. ¿Las congregaciones tienen el personal adecuado para hacerlo bien? ¿Qué equipo se debe comprar para mantener una presencia en línea de calidad? ¿Pueden los pastores cuidar a sus miembros, celebrar servicios de adoración pública y prepararse también para reuniones en línea? La nueva realidad de las oportunidades ampliadas de ministerio en línea requiere que los pastores y las congregaciones consideren las mejores formas de ser sabios y prudentes administradores de su tiempo y recursos.
  9. Considerar creativamente cómo celebrar la Santa Cena y efectuar los bautismos. Dado que las ordenanzas de la Santa Cena y bautismo son tan centrales para nuestra fe como seguidores de Jesús, es imposible considerar no hacerlo por mucho tiempo. Si bien las congregaciones pueden considerar poner estas ordenanzas en espera para el futuro cercano, hay formas creativas de considerar mantener estas prácticas al frente y en el centro de la vida de la iglesia. La Santa Cena se puede celebrar en línea en reuniones más pequeñas, con cada hogar proporcionando su propio pan y bebida. Algunas iglesias han celebrado bautismos en línea con el pastor, la persona que se bautiza y los miembros de su familia en persona, mientras transmiten en vivo a un público más amplio. Las congregaciones querrán considerar formas creativas de continuar estas y otras prácticas vitales en la vida de la iglesia.
  10. Ofrecer atención adicional a los adictos, deprimidos y solitarios. En medio de esta pandemia, el tiempo de separación de los hermanos y hermanas en Cristo ha sido particularmente desafiante para aquellos que luchan contra la adicción, la depresión y la soledad. Preste atención específica a estas personas, ya sea en persona o en un grupo de apoyo en línea. Bien puede ser que aquellos que tienen la mayor necesidad de reunirse puedan tener dificultades para resurgir de sus semanas de confinamiento solitario en sus hogares.
  11. Continuar atendiendo las necesidades de la comunidad y de su congregación. Durante estos días de quedarse en casa, muchas personas se han conectado de nuevas maneras con amigos y vecinos. A medida que comenzamos a regresar a las reuniones congregacionales, también debemos esforzarnos para retener, e incluso expandir, nuestros contactos y ministerios en y hacia nuestras comunidades.
  12. Brindar a las personas múltiples formas de ofrendar. Puede ser que pasar el platillos de la ofrenda se convierta en una cosa del pasado. Como sugirió un blogger, ¿cómo te sentirías si fueras la persona número 100 en un servicio de adoración en tocar un plato de ofrenda que otras 99 personas acababan de tocar? ¿Le preocuparía la transmisión del COVID-19? La mayoría de nuestras congregaciones ya han prestado atención al tema de ofrendar, ya que han trasladado sus servicios en línea. La pregunta es, ¿cómo deberían expandirse o refinarse estas opciones de donación a medida que las iglesias buscan reabrir? Los pastores deben considerar las mejores prácticas cuando se trata de proporcionar a las personas opciones sobre cómo adorar a Dios con sus diezmos y ofrendas en este mundo posterior a COVID-19.

En los próximos días y semanas, a medida que nuestras congregaciones busquen reabrir en los Estados Unidos, buscaremos con humildad y oración a Dios para que nos guíe y nos muestre el camino a seguir. Confiemos en él juntos y aprendamos los unos de los otros. Volveremos a abrir nuestras puertas a un mundo, no solo lleno de nuevos desafíos, sino también uno lleno de nuevas oportunidades para impactar a nuestras comunidades para Cristo.

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