7 de enero de 2026
Por Lynn Thrush, obispo de la Conferencia de los Grandes Lagos
Meditación de las Escrituras: Éxodo 34:14 – “No adores a otros dioses, porque el Señor es muy celoso. Su nombre es Dios celoso”.
Elemento de discipulado: Compromiso incondicional y lealtad a Jesucristo por encima de todas las demás lealtades.
Hace poco vi la película Soul on Fire. Es la notable historia real de John O’Leary, quien, a los ocho años, sufrió quemaduras en el 100% de su cuerpo. Le dieron un 0 % de probabilidades de sobrevivir, pero sobrevivió. Cuando se corrió la voz del accidente, la gente se enteró de que era un ávido fanático de los Cardenales de St. Louis. Jack Buck, locutor de béisbol de los Cardenales y elegido para el Salón de la Fama, se enteró de la historia de John y se hizo amigo del niño en el hospital. Aunque John perdió los dedos, aprendió a caminar y superó muchos obstáculos para lograr una buena vida, gracias a personas alentadoras como Jack Buck, quien lo apoyó durante toda la escuela secundaria.
En una de las escenas más apasionantes de la película, los Cardenales celebraron el “Día de John O’Leary” en el estadio. Ese día, Jack le dio a John, ahora un joven en la escuela secundaria, la pelota de béisbol de cristal que él había recibido al ingresar al Salón de la Fama. “No lo dejes caer; no tiene precio”, le dijo Jack a John, con una expresión inexpresiva.
¿Por qué Jack Buck hizo esto? Era ardiente en su amor por John. Podríamos decir que Jack Buck estaba celoso de John O’Leary, y que el amor celoso influyó poderosa y maravillosamente en John, hasta convertirlo en un orador inspirador muy solicitado.
¿El nombre de Dios es “Celoso”? Ah, pero su nombre no nace del dolor y la pena, como en la famosa frase de la película La princesa prometida: “Hola, mi nombre es Iñigo Mon-toyo. Mataste a mi padre. Prepárate para morir”. El nombre tampoco nace de una envidia mezquina. Richard Dawkins, famoso ateo, no fue exacto cuando dijo que Dios es “celoso y orgulloso de Él… un maniático del control mezquino, injusto e implacable…”. (Referenciado por N.T. Wright, Creación, poder y verdad).
Más bien, Jesús, que es Dios, es ardiente y protector en su celo hacia nosotros, y se toma en serio recibir el debido honor como Creador. Dios está celoso. Él debe recibir nuestro compromiso incondicional y nuestra lealtad por encima de cualquier otra cosa. Importa que Dios sea el Creador, que sea poderoso, que sea amor.
“Mi nombre es Celoso”, dice Dios. En respuesta, nuestra lealtad a Jesús debe ser de todo corazón, una respuesta adecuada al inestimable amor de Dios que nos ha sido extendido en Cristo.
Oración
Padre, cuyo nombre es Celoso, en este momento te honro por encima de todas las demás lealtades. Ayúdame en mi deseo de vivir así siempre. Amén.