El 20 de mayo de 2017, Mim Stern, misionera de la Iglesia de los HEC de EE.UU., celebró su cumpleaños número noventa. Después de haber servido transculturalmente por más de sesenta años, Mim continúa ejerciendo su ministerio de encarnación, ministrándoles a estudiantes internacionales y viviendo en medio de ellos en Filadelfia.

“Yo soy una persona un tanto arriesgada›, dijo Mim. “De lo contrario, ¿por qué vivir en Filadelfia?”

Cuando ella y Pete, su difunto esposo, se marcharon del sur de África después de más de treinta años de servicio misionero, hubo quienes se preguntaron por qué se mudaron a Filadelfia. Un ejecutivo de las misiones dijo que la zona de las calles 44 y Walnut son una “zona de guerra”.

El número de estudiantes internacionales que asisten a universidades de los EE.UU. creció en un 7,1 por ciento solamente en el pasado año.

En respuesta a la preocupación de este ejecutivo, Mim dijo: “Allí es donde está la gente. El Señor cuidará de [nosotros].”

Después que este matrimonio se estableció en Filadelfia en 1987. Dios no solo cuidó de ellos, sino que también les dio poder para guiar a numerosos estudiantes internacionales con el fin de que llegaran a conocer y seguir a Jesús.

Mim es ahora la consejera residente de la Philadelphia House, un lugar de residencia y ministerio para estudiantes internacionales que asisten a las numerosas universidades que hay en Filadelfia. Allí, dirige estudios bíblicos semanales, ayuda a mantener la propiedad, recoge a los estudiantes para que pasen allí las festividades, enseña inglés, y esto además de darles mentoría y pastorear a los estudiantes internacionales, tanto de los estudios pregrado como de los postgrado.

Para los estudiantes que se encuentran lejos de su hogar, ella es la familia. Una taza que tiene en su cocina, regalo reciente de un estudiante saudita, lleva un letrero: “Mamá”; dentro de la taza hay otro, que dice “amor”. Lejos de su ambiente cultural, los estudiantes internacionales añoran encontrar personas que se interesen en ellos, dijo Mim.

“El campo misionero está aquí”, señaló. Solo en el año calendario entre el 2015 y el 2016, el número de estudiantes internacionales que asisten a los colegios universitarios de los Estados Unidos creció en un 7,1 por ciento.1 Hoy en día, residen en lo Estados Unidos más de un millón de estudiantes extranjeros.

Puesto que la matrícula de estudiantes internacionales solo va en aumento, Mim tiene el deseo de que la Iglesia reconozca que “el mundo internacional se halla frente a la puerta de nuestra casa”.

Las universidades están bastante abiertas a las personas dispuestas a ofrecer amistad, ofrecer alojamiento en sus familias y organizar actividades extraescolares con los estudiantes internacionales, dice Mim. Las congregaciones cercanas a los centros de aprendizaje pueden comunicarse con los consejeros de estudiantes extranjeros para ver si los estudiantes están interesados en comunicarse con ellos.

Los estudiantes internacionales que deciden seguir a Cristo también están presentando el Evangelio cuando regresan a sus países de origen. Piense en Jack,2 un hombre de China discipulado por Mim que es ahora líder en la Iglesia subterránea de esa nación. Jack vino por vez primera a EE.UU. cuando su esposa estaba estudiando en la Universidad de Saint Joseph, donde lo comunicaron con la Philadelphia House.

Un día entró en la oficina de Mim y le preguntó: “¿Cómo se convierte uno en cristiano?” Atraído hacia la comunidad en la cual podía confiar, Jack comenzó a seguir a Jesús y a su vez, pasó a dirigir estudios bíblicos.

Hoy en día, más de un millón de estudiantes extranjeros residen en los Estados Unidos.

Cuando regresó a China, Jack fue en busca de la iglesia local que él sabía que se estaba congregando en su ciudad natal. Le dolió encontrar que en el lugar de sus reuniones estaba operando una industria de ropa.

Entendiendo lo desafiante que puede ser hallar en China una comunidad de fe, Jack quiso ayudar a otros chinos a convertirse, como lo había hecho él. Ahora forma parte de una organización que ayuda a nuestros hermanos y hermanos de la China que se hicieron cristianos mientras vivían en otro país, a conectarse con la Iglesia subterránea de la nación. Mim dice que Jack, gracias a su familiaridad con la cultura china, puede causar un impacto para el reino más “que 5 o 10 como yo”. Las personas como Jack pueden volver a su tierra y predicar el Evangelio en su propio idioma y contexto cultural.

A lo largo de todo su ministerio con estudiantes internacionales en Filadelfia, Mim ha recibido a los recién llegados como parte de su familia. En Mateo 25, Jesús dice que él es el rostro de los extranjeros y de aquellos con los cuales nosotros somos hospitalarios: “Fui forastero, y me recogisteis” (Mateo 25:35).

Los miembros de la familia de los Hermanos en Cristo en EE.UU. celebramos los noventa años de Mim y nos sentimos profundamente agradecidos por su visión de recibir a los extranjeros en medio de nosotros.

Si usted se siente interesado en ayudar a la Philadelphia House, estas son sus necesidades actuales: fondos para renovar la cocina, voluntarios con conocimientos de carpintería que ayuden a reparar los problemas continuos que tiene un edificio ya antiguo, y un matrimonio director dentro de uno o dos años. Si quiere saber más acerca de las oportunidades de ayudar (o acerca del ministerio con los estudiantes internacionales), puede comunicarse con Mim Stern. O puede donar directamente para Mim en línea.

1. “OPEN DOORS 2016: Executive Summary,” 2017 Institute of International Education, consultado el 19 de junio de 2017.
2. El nombre ha sido cambiado para proteger la identidad de la persona.

Comunicaciones de la HEC EE.UU.
Publicado por el equipo de Comunicaciones de HEC EE. UU.

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