11 de enero de 2024

Por el obispo Bryan Hoke, Conferencia del Atlántico

Meditación de las Escrituras: Marcos 10:35-45

Se produce una discusión. Comienza con una pregunta pero lleva a mucho más. Finalmente, Jesús redirige las visiones errantes con claridad sobre cómo el liderazgo toma forma en el Reino. Como ustedes saben, los que se consideran gobernantes de las naciones oprimen al pueblo y los altos oficiales abusan de su autoridad. Pero entre ustedes no debe ser así. Al contrario, el que quiera hacerse grande entre ustedes deberá ser su servidor…”

En los días de Jesús, al igual que en los nuestros, la comprensión común del liderazgo o la influencia es poder, llegar a las posiciones más altas para poder salirse con la suya. Jesús le da la vuelta a ese pensamiento y comparte que en el Reino de Dios así es como influimos: el liderazgo de servicio.

La primera vez que conocí a Chuck, él estaba trapeando el piso de una unidad de alquiler en un centro comercial. Necesitaba una pasantía y estaba allí para hablar con el pastor de una reunión de nueva plantación de iglesias en ese espacio. No había nadie más alrededor y rápidamente supe que Chuck era el pastor. Eso fue hace 25 años y nunca he olvidado esa primera interacción con el pastor en mi primera experiencia formal en la iglesia. Chuck predicó, dirigió, cuidó a la gente, fue modelo de generosidad y, cuando fue necesario, fregó los pisos de un lugar que la iglesia ni siquiera era dueño.

Según Ken Blanchard y Phil Hodges en su libro The Servant Leader, (en español, Un líder como Jesús) el liderazgo es “influir en los pensamientos y acciones de los demás hacia el logro de metas, ya sea en su vida personal o profesional”. Todos lideramos porque todos tenemos influencia. Ya sea en el hogar, la iglesia o el lugar de trabajo, el servicio es la forma en que se debe moldear esa influencia para que sea parte de donde Jesús gobierna y reina. Porque ni siquiera Jesús vino para ser servido sino para servir.

Cuando lideramos e influenciamos, ¿reflejamos los caminos de este mundo o los caminos del Rey Jesús? ¿Nuestros corazones y actitudes estarán enfocados en lo que podemos obtener o en lo que podemos dar? ¿Deseas liderar? Atender. ¿Deseas tener influencia? Sacrificio, entrégate.

ORACIÓNPadre, forma nuestros corazones de tal manera que quien eres fluya naturalmente de ellos. Que la forma en que lideramos refleje tus prioridades llevadas a cabo a tu manera. Amén.