13 de enero de 2024

Por Becky Knight, Conferencia del Pacífico

Meditación de las Escrituras: Filipenses 4:4-7

Uno de mis rituales matutinos es poner las noticias para poder estar al tanto de lo que sucede en el mundo. Sin embargo, recientemente me he estado preguntando si esto es una buena práctica o no. A medida que imágenes de guerras y atrocidades llenan mis pensamientos, ¡es fácil perder de vista el poder real que tenemos como creyentes en Cristo Jesús nuestro Señor! Mientras escucho los informes, encuentro que mi espíritu se vuelve cada vez más ansioso y, antes de darme cuenta, me roban la paz que Dios me ha prometido.

Filipenses 4:4-5 nos dice Alégrense siempre en el Señor.” ¿Cuándo se supone que debemos regocijarnos? ¿Solo cuando tenemos una buena razón? No. Debemos regocijarnos siempre. El regocijo es un llamado a la alegría y la alegría no se basa en nuestras circunstancias ni en nuestros sentimientos. Es una actitud que adoptamos por la esperanza que tenemos en el Señor Jesucristo. Cuando elegimos regocijarnos, se nos promete que “el Señor está cerca” y nos volvemos más conscientes de su presencia.

¿Cómo hacemos esto de manera práctica? La clave está en los siguientes versículos de Filipenses 4:6-7 que dice: No se preocupen por nada; más bien, en toda ocasión, con oración y ruego, presenten sus peticiones a Dios y denle gracias.  Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, cuidará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús”.

Es muy fácil decir que no debemos preocuparnos por nada, pero muy difícil hacerlo. Pablo estaba escribiendo estas palabras desde una celda de prisión a la iglesia de Filipos que estaba siendo perseguida por confiar en Dios. Él mismo había sido golpeado hasta casi morir por su propia fe. Si alguien tenía motivos para perder la esperanza y sentirse abandonado, era Pablo. Sin embargo, dio gracias porque incluso en prisión vio la oportunidad de llegar a personas a las que de otro modo no podría llegar.

La parte de este versículo que me llama la atención al considerar las noticias de hoy es la parte de “acción de dar gracias”. Cuando reorientamos nuestro tiempo con el Señor para recordar la fidelidad pasada de Dios hacia nosotros, nuestra perspectiva cambia. Servimos a un Dios que siempre aparece por nosotros. El mundo nos ofrece ansiedad, pero Jesús nos ofrece paz. No dice que todo irá bien ni que las circunstancias cambiarán, pero se promete a sí mismo. No puedo pensar en un mejor socio en este mundo, ¿y tú?

Hoy recuerdo que la fuente de mi fortaleza es Jesús, y que encontraré fortaleza al regocijarme en su presencia. Y tal vez ayudaría si también apagara la televisión.

ORACIÓNPadre Dios, gracias por tu fidelidad en todas las circunstancias de mi vida. Ayúdame a confiar en ti para que, cuando lleguen los problemas, sepa que estás cerca y que pueda contar con tu paz. Amén.